Hace unos meses tuve la suerte de viajar a Cuba, era algo que me hacía tremenda ilusión desde hacía años.

LA HABANA

Es una ciudad preciosa, con tantísimo encanto… los edificios son impresionantes, en cualquier lugar hay músicos, el ambiente que se respira es de alegría.

Lo que más me sorprendió fue la seguridad y la tranquilidad con la que puedes pasear.

Buenos no os lo cuento, os lo enseño:

Los hoteles

Nos hospedamos en dos hoteles diferentes, las dos primeras noches en el hotel Sevilla  y las dos últimas en el Presidente.

Estas eran las vistas de ambos hoteles, la primera desde el Sevilla y la segunda desde el Presidente.

El que más nos gusto fue el Sevilla, con una ubicación inmejorable en pleno centro de la Habana vieja y con una arquitectura que imita a un patio sevillano.

La comida

Hemos comido realmente bien, los cubanos siempre te recomiendan comer en los paladares, que son casas particulares  que ofrecen comidas.

Nosotros hemos estado en algunos, el que más nos gusto y recomiendo fue Doña Eutimia, comida realmente buena y trato agradable, aquí os dejo una foto en un paladar.

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Restaurantes que recomiendo: el Asturianito y el Gato tuerto, este último es el que más nos ha gustado, por su decoración y sobre todo la comida que estaba buenísima y con una presentación muy cuidada.

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Este es el asturianito, justo en frente del capitolio, comida abundante y muy barata

Y esta la entrada al gato tuerto.

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Camarones en tempura gato tuerto

20151118_210450Pechuga de pollo al curry gato tuerto

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Pero ¿Sabéis cual es la comida que recordamos con más cariño?

El día que nos perdimos por las calles de la Habana, nos alejamos de los turistas, nos mezclamos con los cubanos, entramos en un establecimiento de apenas 10 metros cuadrados, del que salían un montón de trabajadores y estudiantes con platos de comida y se sentaban en la cera a comer mientras conversaban.

Los camareros cuando nos vieron llegar, lo primero que nos dijeron era que no tenían cambio en moneda turista, dijimos que no nos importaba

¿Que tenían para comer?

Pues arroz frito, lomo, huevos y poco mas, pedimos un plato de arroz frito cada uno, con una rodaja de lomo por encima y…

¿Que tenían para beber?

Nada, solo tenían comida, no había bebida pero…

¿Sabéis que hicieron?

Ir a casa de una vecina, pedir una botella de refresco y servirnos un par de vasos de Cola.

¿Y cuando quisimos pagar?

No sabían ni como cobrarnos, deciros que pagamos con la moneda más pequeña que teníamos 2 CUC (que vienen siendo unos 2 euros)  y que cubría más que de sobra el precio de lo que nos tomamos, la cantidad de moneda local que nos devolvieron no os lo podéis ni imaginar, tanto que no tenían para darnos el cambio completo y naturalmente les dejamos propina y parte del cambio, aunque nos hizo ilusión conseguir para el recuerdo, la auténtica moneda cubana.

¿Y que tal la comida?

Buenísima, mirad como dejamos los platos.

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Lugares

Plaza de la revolución

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Barrio chino de la habana

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Calles de la habana

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Capitolio de la habana, exactamente igual que de EEUU, pero un metro más alto, un metro más ancho y un metro más largo

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Malecón con el hotel nacional al fondo

 

Fortaleza del morro, esperando al cañonazo

Museo de la revolución

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La habana y su banda sonora

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Plaza de la habana

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Callejón Hamel

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No debes marchar sin:

  • Ver el callejón Hamel: descubrir el museo de los orishas, disfrutar de salsa en directo y tomar un mojito en el paladar de su creador, una artista cubano que he fotografiado sentado en una bañera a la entrada del callejón.
  • Visitar el museo de la revolución: para descubrir un poco más de la historia de Cuba y poder extraer tus propias conclusiones.
  • Presenciar la ceremonia del cañonazo: que se realiza todos los días del año sin excepción a las 21 h desde 1863.
  • Comprar un perfume en la fabrica Habana 1791: puedes ver todos los pasos para hacer un perfume incluso el secado de las flores, es un proceso totalmente artesanal.
  • Tomar un chocolate en el museo del chocolate.
  • Tomar un mojito en bodeguita y un daikiri en la floridita como hacía Hemingway.
  • Pasear de noche por el malecón y disfrutar del ambiente, éste es el momento del día en el que los cubanos, se reúnen con su guitarra y sus cajones y cantan y bailan de forma improvisada en pleno malecón.
  • Y lo mejor perderse por las calles menos turísticas de la Habana y empaparte de su esencia.

Mi viaje a Cuba no termina aquí, pero esa es otra historia que contaré más adelante.