Día 5 de Octubre de 2016

Aterrizamos en Chiang Mai a medio día, en el trayecto al hotel, el taxista trata de vendernos alguna excursión y nos da una tarjeta para que le llamemos si decidimos hacer alguna, estamos interesados en hacer una a Chiang Rai y el triangulo del oro, pero preferimos comparar precios e intentar obtenerla más barata.

El hotel se encuentra a las afueras de Chiang Mai, en la ciudad nueva lo podéis ver pinchando aquí, cuando llegamos nuestra habitación aún no está lista, así que decidimos comer algo en un bar que había enfrente, aunque no era un bar exactamente, se me había olvidado explicaros, que en Tailandia, los negocios están aprovechados al máximo, y este era uno de ellos, era bar, restaurante, agencia de viajes y lavandería.

Y los hemos visto con muchísimos más servios, a parte de los mencionados, podían alquilarte motos, hacerte fotocopias, masajes y un infinito etc.

Con el estomago lleno, decimos negociar precio con un taxista para que nos lleve y nos traiga al Doi Sutep, es el tempo que está en la montaña de Chiang Mai y ahí pasamos un rato, hasta que cae el gran diluvio y nos vamos.

No sin antes, dejar que un monje nos pusiera la pulsera de la suerte y sin comprar una vela y una flor para hacer la ofrenda de rigor.

Amainada la lluvia llegamos al centro de Chiang Mai y decidimos coger un tuc-tuc para ir a darnos un masaje a la cárcel de mujeres.

Y es que la cárcel de mujeres de Chiang Mai forman a las reclusas en masajes tailandeses, para que se puedan reinsertar en la sociedad a su salida, el proyecto nos pareció muy interesante y decidimos conocerlo.

Cuando llegamos ya estaba cerrado, pero descubrimos que justo al lado, las antiguas reclusas, ya reinsertadas, tienen un centro de masajes, que tiene certificado de excelencia de trip advisor.

Decidimos entrar, nos dan cita  para dentro de dos horas, nos parece perfecto para dar un paseo por la ciudad vieja y descubrir este tipo de joyas.

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Y volvemos a darnos el masaje, yo decido dármelo de aceites relajantes y fue una gozada, se nota que las chicas son profesionales y saben lo que hacen.

Cenamos en la ciudad vieja un pescado riquísimo, rodeados de tailandeses, observamos sus costumbres culinarias con admiración, ellos van comiendo del mismo pescado con palillos, lo van picando mientras charlan.

Cuando terminamos de cenar y de deleitarnos con la cultura thai, cogemos un taxi al mercado nocturno, que está muy cerca de nuestro hotel.

En el mercado se aprecian dos zonas muy diferente, una muy occidental, con ropa moderna y muy chic y otra muy thai con comida, ropa de segunda mano, moviles etc,

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Una de las cosas que nos sorprende de Tailandia, es la cantidad de frutas exóticas que hay, aquí os enseño las que nos encontramos en el mercado.

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Estamos agotados, así que decidimos ir ya a nuestro hotel, pero antes subimos a la terraza que tiene buenas vistas y música en directo, tomamos algo y nos vamos a la cama.

Con la intención de mañana alquilar un coche para ir al Doi Inthanon ( el pico más alto de Tailandia), aunque ya veréis que la cosa se torció y no adelanto más.