Después de día y medio de viaje, previa escala en Qatar, llegamos al aeropuerto de  Katmandú, alrededor de las 8 de la tarde.

El primer paso, sacar los visados, muy recomendable llevar una foto de carnet, simplifica bastante los trámites, si no la llevas, no pasa nada, hay habilitados unos ordenadores para hacer las gestiones online y sacar la foto.

Como no vamos a estar más de 15 días en el país, el visado nos cuesta 25 dólares, que puedes pagar en euros, dólares o rupias.

Cambiamos unos 200 euros a rupias antes de salir y recogemos nuestro equipaje.

Y bien, salimos a respirar la atmósfera de Katmandú, un ambiente en el que se mezcla el calor de la noche, con los ruidos de bocinas, voces de taxistas y olores hasta entonces desconocidos para nuestros sentidos.

Preguntamos cuanto cuesta ir a Thamel (el barrio mochilero de Katmandú por excelencia, en el que hemos reservado en booking nuestro hotel), todos los taxis nos piden 10 dólares, sabemos que lo podemos conseguir más barato, pero estamos tan cansados que no buscamos mucho más y nos montamos.

Le indicamos que vamos a Thamel al Katmandú Merry Hotel que podéis ver pinchando aquí.

En el trayecto en taxi no mediamos palabra, estamos completamente aturdidos con lo que nos rodea, el loco Katmandú, luces, bocinas, coches y motos que circulan sin ningún orden, por las carreteras de polvo y piedras, perros y vacas que campan a sus anchas en medio de tanto caos, distintos olores que se mezclan y son nuevos para nosotros, olores a especias, comida y animales que van penetrando en el interior del taxi.

Cuando un chico hace seña al taxi, nos posamos y nos coge las maletas, yo al principio desconfío un poco ¿Dónde está el hotel? ¿Este es el chico del hotel o un listillo que nos quiere timar?

Así que le digo que mi maleta la llevo yo, nos pide que le acompañemos, y se mete en un minúsculo callejón, al principio dudamos porque no vemos ningún indicativo de que por ahí se llegue al hotel, pero el chico nos señala un minúsculo cartel Katmandú Merry Hotel.

El hotel aceptable para el precio que pagamos, unos 19 euros la noche.

Después de darnos una merecida ducha, sin más tiempo que perder, nos perdemos por Thamel en busca de algo para cenar, pero ya son casi las 11 de la noche y la mayoría de los restaurantes está ya cerrados.

Caminamos un poco asustados, esquivando motos y taxis, llevando algún que otro susto con los bocinazos.

Nos metemos en un callejón guiados por un luminoso, que a priori, parece ser un restaurante, cuando un chiquillo, que seguramente no tenía ni 15 años, nos acorrala, tratando de intimidarnos, al final no lo entendemos y damos media vuelta y nos vamos, con el tiempo llegamos a la conclusión de que solamente quería ofrecernos hierba, cosa bastante habitual en Thamel.

Finalmente encontramos cerca del hotel un puesto callejero dónde solo venden falafel y patatas, mientras esperamos por la comida, un chico nos aborda pidiéndonos dinero, llega a ponerse muy pesado incluso cogiendo a la gente del brazo, hasta que uno de los chicos del puesto de comida consigue que se vaya y vemos como en la calle aborda al resto de turistas.

Cuando nos dan la comida a mí ya no me quedan ganas de sentarme en la calle a comerla, estoy bastante abrumada y por qué no decirlo, también asustada, después de lo que he visto.

Así que prefiero que nos vayamos a la habitación del hotel a comerla tranquilamente.

Como el hotel está en pleno Thamel, el ruido de las bocinas, gente y música de los garitos de rock se cuela en la habitación.

El cansancio y el mal trago que acabamos de pasar hacen que no pueda contener las lágrimas cuando llegamos a la habitación.

Se me plantean muchas dudas: ¿nos habremos equivocado al viajar a Nepal sin un guía? ¿será Thamel el reflejo de Nepal? ¿será Nepal un destino para montañeros pero no para turistas? ¿Dónde está el Nepal amable y que enamora del que habla Calleja?

Otra parte de mi pensaba, siempre se tiene esa sensación cuando llegas a un país desconocido y más si es de noche, menos mal que la cosa no hizo más que mejorar.

Así que mañana será otro día, el primer objetivo del día será conseguir unos billetes para sobrevolar el Everest, no os lo perdáis.