Siempre que viajo a lugares tan diferentes al mío, me encanta hacer compras, suelo comprar algo para mí, algo para mi casa y algo típico del país.

Después del terremoto, la mejor forma de ayudar al país, es haciendo turismo y como no, también comprando.

En Nepal, uno de los países con el índice de desarrollo humano más bajo del mundo y castigado con desastres naturales y otras circunstancias que no favorecen su desarrollo, se hace indispensable hacer compras responsables y éticas.

Como defendemos en late fuerte, interesarse por el origen de los productos, cómo están fabricados, si proceden o no, de comercio justo, si están libres de explotación infantil, son elementos que se hacen aún más necesarios en países como éste.

Así que voy a compartir con vosotros las compras que he hecho en este país.

-Libretas de papel reciclado, artesanal hechas en Nepal y libres de trabajo infantil.

 

 

-Cuenco de meditación Tibetano.

 

Este cuento lo compre en el asentamiento de refugiados tibetanos que visitamos en Pokhara junto con algunas pulseras que compramos a varios vendedores. Podéis recordar nuestra visita y la historia completa pinchando aquí.

-Mochila de cáñamo.

La compre a un vendedor especializado de Thamel que vendía solo productos hechos con cáñamo, son tejidos orgánicos y de comercio justo.

-Manta de Yak.

-Pasminas de Kashmir.

 

-Cabeza de Buda.

 

La compré en Thamel, está entera grabada a mano, con símbolos tibetanos, ahora luce en mi salón y detrás de ella tengo guardadas las rupias que nos dio nuestra familia nepalí en la celebración del Dashain porque estoy convencida de que me traerán mucha suerte (podéis recordar ese día pinchando aquí)

El ligero equipaje, al final no te permite realizar muchas compras, pero hemos tratado de poner nuestro granito de arena, así que, solo me queda animaros a todos a visitar países tan increíbles como éste.

Que aunque no sea el destino turístico soñado para unas vacaciones, probablemente sean unas de las mejores vacaciones que recuerdes en tu vida, porque éste es un viaje, de los que no sólo te quedan en la memoria, sino también en el corazón.

Nepal es un país pobre, impactante para un occidental, en ocasiones puede hacerse difícil, pero os aseguro que no os arrepentiréis de visitarlo, porque lo mejor que tiene Nepal es su gente, amable, dispuesta a ayudarte, hospitalaria hasta límites insospechados y el aprendizaje que te da es brutal.

Así pues, visiten Nepal, ellos os recibirán con los brazos abiertos y vosotros os llevaréis el corazón lleno de amor, cariño, bondad y sonrisas.

El resto de atractivos de Nepal, los podéis encontrar en mi blog, en el Diario de un viaje a Nepal, pero hay otros muchos, por no decir casi todos, esos no se pueden explicar, esos se tienen que vivir.

Visita la tienda con corazón.