Día 2 de Octubre de 2016

Aterrizamos  después de más de 1 día viajando, es medio día y Bangkok nos recibe lloviendo, dicen que los días de lluvia son días de prosperidad así que la cosa pintaba bien.

Llegamos a nuestro hotel, Holiday Inn Silon, que podéis encontrar pinchando aquí, situado en la calle más importante de Bangkok, Silom road, es una calle céntrica llena de tiendas y restaurantes, aunque la más conocida para hospedarse, es la calle Khao San road (la calle de los mochileros) si volviera a ir, me hospedaría en ésta última seguramente, es más auténtica y te puedes empapar más de la esencia de Bangkok.

Después de dejar las maletas y darnos una merecidísima ducha, nos armamos mapa y paraguas y tratamos de ir al mercado de Chatuchak, es el mercado más grande del mundo y solo abre sábados y domingos, hoy es domingo así que estamos de suerte.

Tratamos de ubicarnos en el plano y después de dar unas vueltas por los alrededores, no lo conseguimos así que decidimos coger un tuc-tuc que nos lleve a la parada de metro más cercana.

Una vez en el metro compramos 2 tickets con parada en Chatuchak.

Caminamos hasta el anden con la incertidumbre de si esa sera la línea correcta, una vez llega el tren, nos disponemos a entrar, pero un vigilante nos frena a todos y nos obliga a guardar cierta distancia para que la gente salga, una vez el tren está vacío, el vigilante se toma cierto tiempo para observarnos a las 100 personas más o menos que estábamos ahí y cuando decide que ya hemos esperado lo suficiente nos manda pasar, PRIMERA COSA QUE NOS RECUERDA QUE ESTAMOS EN UN PAÍS MUY DIFERENTE AL NUESTRO Y QUE NOS ENCANTA.

Tenemos por delante un trayecto de 20 minutos de pie, en el que observamos todo y a todo el mundo, en el que nos damos cuenta que somos los únicos occidentales y en el que nos damos el primer baño de masas de Bangkok.

Llegamos al mercado y lo primero que nos encontramos son puestos de comida, nos acordamos de que no hemos comido y son las 4 de la tarde, así que decidimos pararnos en el primer puesto al que nos invitan a sentarnos.

Pedimos arroz con pollo y pad thai, una cola y un agua y pagamos 140 bath (para que os hagáis una idea en el aeropuerto hemos cambiado cada euro por 36,5 bath) así que la comida nos ha salido por apenas 4 euros.

Con el estomago lleno, decidimos perdernos por el mercado más grande del mundo Y LO CONSEGUIMOS, tanto que luego no sabemos volver al metro.

Aquí os dejo unas fotos del mercado.

 

En este mercado podemos encontrar absolutamente todo lo que se nos ocurra, que sea susceptible de ser vendido, tecnología, comida, animales, muebles…la lista es interminable.

Después de dar unas  cuentas vueltas tratando de encontrar el metro, decidimos desandar lo andado y encontramos  un punto de información, ahí nos facilitan un plano del mercado, era impresionante, como para no perdernos.

Gracias al plano conseguimos llegar a la parada del sky train, ahí tomamos una linea que enlaza con el metro y que nos deja en el embarcadero de Saphan en el que tomamos un ferry por apenas 14 bath (para 2 personas) con la intención de posarnos en el barrio chino.

Aunque no lo conseguimos, cuando preguntamos a la chica nos indica que el barrio chino era la parada que acababamos de pasar, decidimos posarnos en las siguiente y volver a pie.

Una vez más, nos perdemos por las calles de Bangkok y nos encontramos con el mercado nocturno del barrio chino.

Por nuestro paseo, nos acompañan olores agradables y no tan buenos, puestos de comida de toda clase, incluidos insectos, tomamos el primer contacto con las ratas callejeras muy abundantes en la ciudad y es que no debemos olvidarnos que la mayor parte de la población es budista, cree en la reencarnación y bajo ningún concepto matan a ningún animal.

Agotados de caminar, decidimos parar un taxí que nos lleve de vuelta al hotel, no sin antes regatear, forma parte de la cultura y al final resulta hasta adictivo.

Una vez acicalados, salimos a cenar y estamos tan cansados que decidimos irnos al primer restaurante que encontramos, está vez pedimos arroz con gambas y arroz con pollo, ahora nos sale algo más cara unos 400 bath.

La cena resulta agradable aunque más picante de lo esperado, coincidimos con otra pareja de españoles que también acababa de llegar a Bangkok ese mismo día, ellos habían decidido descansar toda la tarde, sabia decisión pensé yo en aquel momento de agotamiento máximo.

Como nos apetecía poner el broche al día, decidimos darnos el primer masaje thai, más que un masaje fue una paliza,  una hora de sufrimiento, entre estiramientos y machacones, el precio 350 bath por persona, mañana os contare como me levanté.

Hay que tener cuidado con los masajes en Tailandia, hay sitios profesionales y otros que no lo son tanto, con el tiempo y después de varios masajes, aprendimos a reconocer lo que era profesional de lo que no y el primero no lo fue mucho.

Aunque lo mejor de éste, fue el uniforme que nos pusieron, a día de hoy aún no se ponerme un pantalón thai me parece super complicado, así que al final me lo puse como pude y este fue el resultado.

vestimenta-thai-masage

Después del masaje nos vamos directos al hotel, ya no podemos más, llevamos más de 2 días sin tocar una cama y mañana toca madrugar, hemos quedado a las 7 de la mañana con un guía de habla hispana que hemos contratado desde España.

La razón por la que contratamos el guía os lo cuento en el siguiente post junto con todos los detalles de un día muy intenso.